MOTETE

La llamada “ars anticua” está desarrollada por una escuela de París de canto religioso en Notre Dame hacia 1200, se trata de un término que se le atribuye posterior al momento debido a las notaciones utilizadas por esta escuela. Los compositores destacados son Leonin, y su sucesor Perotin, y ambos autores se relación con el origen del Motete, pues ambos introdujeron las denominadas “clausulae”, siendo Perotin quien las destino a ser alternativas y sustitutivas a las del compositor anterior. Con el tiempo se le introduce texto.

Además en momentos posteriores se vuelven composiciones independientes, y a causa de que se añadiesen palabras a las voces, además de ser clausulae sustitutivas e independientes, fueron denominadas como motetes.

Motete, proviene del francés “mot” y significa “palabra” y se aplica por primera vez a los textos franceses que fueron añadidos a lo conocido como duplum de una cláusula. Por otro lado se utiliza motetus para designar a la segunda voz de un motete, y cuando por ejemplo hay más de dos voces se denominan igual que en el organum ( triplum y quadruplum).

Durante el Barroco, el Motete se preserva, especialmente en el lugar que ha sido designado como su origen, y en donde la palabra fue introducida a “petits motets”, y se tratan de composiciones sacras las cuales solo tenían un acompañamiento, un bajo continuo; y por otro lado “grands motets” que incluían instrumentos hasta configurar una orquesta completa, y en el cual destaca un compositor francés Jean- Baptiste Lully, que incluía partes de solistas y corales. Además siguieron utilizando como en el renacimiento las obras semi-seculares en latín. En este siglo XVII, se mantuvo una cierta vigencia en Alemania y en Italia, y ya en el siglo XVIII aún se seguía utilizando la palabra que designaba algunas cantatas de estilo concertante.

En el caso alemán destaca Heinrich Schütz, escribiendo muchos motetes en una serie de publicaciones conocidas como Symphoniae sacrae, escritas en dos lenguas: latín y alemán. Pero también son de renombre las piezas escritas por Bach, motetes bastante largos con texto en alemán, siendo destacado los textos sagrados para coro y bajo continuo. Por ejemplo destaca lo que se conoce como “Pasiones motéticas” que el gran compositor Bach realizó.

Ejemplo de Motete de Jesu, Meine Freude del compositor Johann Sebastian Bach.

Bibliografía:

Mª del Mar López de Atalaya 

Características generales de la música barroca

Como características más representativas de este momento musical, debemos de destacar las siguientes:

  • La contraposición de las voces más extremas que aparecen en la obra, es decir, se resaltan las voces instrumentales y agudas, formando de esa manera una textura denominada monodia acompañada.
  • Dentro de esa monodia siempre será constante la voz grave que, dependiendo de los diversos instrumentos que acompañen la base (violonchelos, violas, contrabajos, etc.) podrá modular la melodía. A esto se le denomina bajo continuo: soporte de acordes graves de forma constante.
  • El ritmo, ya sea de tempo binario o ternario, es siempre constante-mecánico, sin alteraciones grandes en el pulso.
  • Se utiliza el estilo concertato, que consiste en contrastar distintas masas sonoras.
  • Música ornamentada, muy polifónica, llena de florituras en su escritura (paralelo al adorno arquitectónico barroco).
  • Utilización de lo que se ha denominado la dinámica en terrazas. Produciéndose en los momentos que los cambios de intensidad no se producen progresivamente (utilización de reguladores de intensidad para ello), sino que se produce de una forma súbita (por ejemplo se pasa de tener “fff” a “ppp”, o la utilización de muchos sforzandos, no hay punto intermedio).
  • Se produce una consolidación de las tonalidades predominantes. Además, se marcarán los planos sonoros claves dentro de una misma obra.
  • En cuanto a la instrumentación, la propia de las orquestas sinfónicas, con predominio de los instrumentos de cuerda frotada (violines, violonchelos, violas y contrabajos).

JUAN PEDRO MUÑOZ CHICO

Bibliografía:

– CASARES, E. (1977). “La música en el Barroco”. Oviedo: Universidad de Oviedo-Servicio de Publicaciones, 1977. ISBN: 84-600-1023-6.

– NAVARRO, F. (1997). “La música Barroca y Prerrománica”. Enciclopedia Salvat de los grandes compositores, Tomo I. Pamplona: Salvat, 1997. ISBN: 84-345-9701-2 (T.I).